El día de ayer fue un momento complicado y de duelo para mi familia, dado que falleció mi abuela paterna a los 96 años, y es justo su inspiración la que me hace escribir este post.

Me encanta la teoría en donde la mejor forma de adquirir nuevo conocimiento es teniendo preguntas correctas, éstas nos harán despertar esa curiosidad que es tan valiosa, para luego buscar respuestas correctas que se traduzcan en conocimiento y así hasta el infinito.

Hoy me invitaron a ser parte del panel Share & Learn, ¡solo mujeres!, en conmemoración al mes de la mujer.

Particularmente hubo una pregunta que me pareció además de interesante muy profunda: ¿cómo percibes la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en la actualidad?; interesante, ¿cierto?.

Justo en ese sentido, considero que cada paso que damos como personas y sociedad, debemos reconocerlo y hacernos conscientes de ello a tiempo, para que ésta misma inercia sea la que nos mantenga en movimiento.

Hace 96 años mi abuela Luz nació en la sierra veracruzana, en una época complicada desde una perspectiva global y nacional. En un México donde aún existía actividad revolucionaria y contrarrevolucionaria y el mundo seguía sufriendo los estragos de la Primera Guerra Mundial.

Luz Pazarán.

Luz Pazarán.

En ese contexto mi abuela se enfrentó a la existencia como una guerrera, a los 21 años ya era maestra rural y luego de 3 años y con 3 hijos realizó su carrera como normalista. Siempre convencida de inculcar e inspirar a sus 8 hijos que hicieran una carrera universitaria, ya que estaba convencida que así era como dejarían atrás la ignorancia y la pobreza. Hoy sus 8 hijos son profesionistas exitosos y particularmente mi padre, su primer hijo, es una eminencia médica de la cardiología mexicana.

Hoy deja una descendencia en un tiempo en donde el entorno si bien es diferente, no podemos dejar de mencionar que siguen existiendo grandes retos sobre los cuales trabajar, sobre todo para las mujeres, hoy seguimos enfrentándonos a frases como: “corres como niña”, “quién llegue al último es vieja”, “lloras como niña”, y muchas más que no vale la pena citar, lo relevante de esto, es que hoy en día, la femineidad sigue siendo percibida como debilidad y/o inferioridad, en entornos que no imaginaríamos que se presente.

Personalmente, me he enfrentado a diversos retos derivados de estereotipos en los que afortunadamente en cada caso he sabido dirigir de manera inteligente y sobre todo pacífica, y es justo en el cómo, donde podemos contribuir de manera real hacia un cambio, la solución no es ni ha sido en ninguna causa dividir, más bien sensibilizar, explicar e incluir.

Sheryl Sandberg, COO de Facebook creó Lean In, una organización que promueve la igualdad de derechos y oportunidades sin importar el género. En donde de manera frecuente publican estudios estadísticos de gran valor respecto ésta y muchos más tipos de desigualdades que nos permiten a todos sensibilizarnos, e informarnos de la situación para definir e implementar estrategias para transformar esta situación.

A través del tiempo he comprendido, que mucho de este tipo de situaciones suceden en nuestros subconscientes, y son consecuencia de una educación que tenemos arraigada de varios años atrás, y es justo ahí donde nuestro presente debe actuar y ayudar para seguir evolucionando en igualdad de derechos y oportunidades. En donde dejemos de ver si es hombre o mujer, más bien, sobre todo como líderes debemos ver seres humanos, en donde las capacidades, destrezas, conocimientos, y sueños, así como las diferencias entre nosotros es lo que nos hace más fuertes, la diversidad amplia y mejora cualquier idea y resultado.

Dejemos de reírnos de bromas que sobajen cualquier situación, persona o ser vivo.

Seamos más humanos, avancemos de manera integral, tengamos empatía y tomemos acción y responsabilidad para cambiar lo que no nos gusta y nos estanca como sociedad, sobre todo cuando es una causa justa, cuidando sobre todo no convertirnos en l@s verdug@s del futuro como históricamente ha sucedido con las fuerzas que en algún momento fueron reprimidas.

Más que ello, la igualdad de derechos y oportunidades nos hará una mejor sociedad y esa lucha que comenzaron grandes mujeres como mi abuela Luchita, hoy la continuamos sus descendientes y millones de mujeres que no estamos dispuestas a seguir escuchando que Calladitas nos vemos más bonitas”.

Hoy con rosarios virtuales 96 años después de lucha continua, despedimos a mi abuela, “Luchita", como se le decía acertadamente. Y es hoy también que a su nieta la han nombrado Directora General de Ingenia México.

Honro su recuerdo…

Descanse en paz Luz Pazarán, ¡la Lucha sigue!

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