¿Qué hay detrás de una cinta negra? La historia de un gran sueño (que me tomó 23 años alcanzar)

¿Qué hay detrás de una cinta negra?

Horas, sí, miles de horas de esfuerzo, de práctica, golpes, lesiones, terapias, rehabilitaciones, sacrificio, sudor, y sobre todo pasión, compromiso y resiliencia, para dar origen en el individuo a los principios filosóficos del Tae Kwon Do en el taekwondoín: cortesía, integridad moral, perseverancia, auto-control y espíritu indomable. Todo esto con la ayuda de muchísimas personas a las que agradecer eternamente.

Algo muy importante a mencionar, es que el Tae Kwon Do es un arte marcial, no solo un deporte, el cual promueve que exista en los taekwondoines un equilibrio entre la marcialidad y la sabiduría.

El camino es diferente para cada prácticamente, sin embargo, hay muchas cosas que son constantes. Dicen que un cinta negra es una cinta blanca que no se rindió en el camino, y ahora que soy cinta negra, no puedo encontrar mejor descripción para ello.

Yo inicié a practicar Tae Kwon Do a los 14 años, en el Dojang de un doctor amigo y colega de mi papá, mi querido Profesor Motte. Recuerdo claramente el primer día que pisé su Dojang en mi clase de prueba y cómo en ese momento sentí un gran amor por eso que practicaban ahí, veía los movimientos, las patadas espectaculares de los grados más avanzados, el trabajo en equipo y el ambiente de respeto que se respiraba, en ese momento supe que era algo que quería que estuviera presente conmigo toda la vida.

Siempre he sido una persona que ama ejercitarse, recuerdo que a esa edad además de practicar Tae Kwon Do, lunes, miércoles y viernes de 9 p.m. a 10 p.m., era parte de una selección de Basquetbol con un entrenamiento diario bastante profesional de 3 horas, adicional a ello, tanto en las mañana como en las noches tenía una rutina diaria de 1,500 abdominales (sí, 3,000 al día), 100 sentadillas y 100 lagartijas, y los fines de semana íbamos a correr todas mis 5 hermanas, mis papás y yo 12 Kms, y aunque cada una de esas actividades las disfrutaba muchísimo, además de responsabilidades escolares, mi clase de Tae (como me gusta decirle), era la que más disfrutaba y bajo ninguna circunstancia me ausentaba. El sentir el progreso, el gusto de ver a mi profesor, a mis compañeros, todos aprendiendo cada día era indescriptible.

A los tres meses que comencé a entrenar, mi hermana Yuri se incorporó a las clases, y ahora era doblemente bonito poder entrenar algo que compartía con una de mis hermanas, a la cual por cierto siempre protegí desde que nació (ella llegó a la familia 5 años después de que yo naciera). Pongan atención a Yuri, ya que más adelante la retomaré.

Mis inicios en el Tae Kwon Do

De derecha a izquierda: Profesor Motte, GM Dai Won Moon, Profesora y hermana Yuri Pazarán, yo, José Luis Sánchez.

Recuerdo la primera vez que me caí al intentar dar una patada circular (Tolia Chagui) a la cabeza, la duela de madera sonó fuertísimo del impacto y esa fuerza fue directamente proporcional al miedo que perdí “de caerme al caerme”, por que ya había sucedido y al final no había pasado nada. Desde ese momento en delante, mi elasticidad y altura de patadas mejoró abismalmente, comencé a tomar mucho más control de mi cuerpo, a entender a profundidad la técnica, siempre de la mano de mi profesor Motte, y gracias a ello y a la constancia fui avanzando rápidamente de grados. Mi profesor cada que daba una patada circular me decía: “con esa gran altura serás la próxima Patricia Mariscal".

Como dato cultural la "Gran Profesora y SBN Patricia Mariscal" es una de las practicantes más excepcionales que han existido en la historia del Tae Kwon Do en México, para los que quieran saber más de ella, pueden ver la siguiente entrevista en Blue Mat Academy, les encantará.

En ese momento, en donde no era tan fácil googlear a nadie, no entendía la gran comparación y aliciente que me quería expresar mi profesor, lo entendí muchos años después y me sentí muy honrada por lo que la gran profesora representa.

Continuaba en la práctica y tuve la fortuna de que en tres de mis exámenes para avanzar de grado me dieron un grado adicional o como decimos los practicantes, me saltaron de grado. Mi profesor también me otorgó un reconocimiento por la excelencia en la práctica del Tae Kwon Do, lo cual para mí siempre fue una gran alegría por toda la inmensa pasión que crecía cada día en mí.

Cuando llegué al grado de marrón avanzada, mezclaba mi etapa universitaria con el Tae Kwon Do, sin embargo, tuve un choque automovilístico que me obligó a dejar la práctica de cualquier deporte y incluyendo por supuesto cualquiera que fuese de contacto y tuve que alejarme de los Dojangs, así como usar prácticamente durante todo un año collarín blando. Sin embargo, eso me permitió recuperarme poco a poco de la lesión que sufrí.

Mientras ese tiempo transcurría mi hermana Yuri continuaba en la práctica del Tae Kwon Do y estaba próxima a presentar su examen de Cinta Negra. Como mencionaba al inicio de este post, el Tae Kwon Do promueve el balance entre la marcialidad (la técnica, la parte física, la fuerza) y la sabiduría (la inteligencia, la filosofía, el espíritu), por lo que hay una serie de requisitos muy interesantes que son parte del examen, entre ellos debes de realizar una tesis de un tema que esté relacionado con el Tae Kwon Do e integrar datos sumamente relevantes como la historia de Corea, el origen y evolución de las artes marciales y su trascendencia en las naciones orientales, la Biografía del GM Dai Won Moon, Padre del Tae Kwon Do en México, significado de la bandera de Corea, entre muchas otras cosas por demás interesantes. En aquel entonces, mi papá que también es un amante de las artes marciales le mostraba a Yuri bibliografía interminable, documentales, películas en aquel entonces en VHS para desarrollar de manera excepcional su tesis, por mi parte que en aquel entonces ya estaba en la licenciatura le apoyé con el diseño editorial de su tesis. Y finalmente llegó el gran día de acompañar a mi amada hermana a su examen, que no está de más decir que lo hizo como solo ella sabe hacerlo, con gran excelencia, su tesis además fue reconocida como una de las mejores tesis de su generación obteniendo también otro merecido reconocimiento.

Para mí, representaba un logro por demás profundo, por el gusto de ver a mi hermana alcanzar ese gran sueño, y además siempre estaba presente el anhelo de algún día poder retomar por mi parte esa gran pasión.

Pasó el tiempo y una vez que ya había comenzado con mi desarrollo profesional, disfrutaba muchísimo ir a ver a mi hermana Yuri, tanto a competencias como a exámenes de Tae Kwon Do. No puedo expresar con palabras el orgullo y admiración que sentía y siento hacia ella, y a la par como me retumbaba en el corazón cada que escuchaba sonar el himno de MOONMON-WON Moo Duk Kwan (Instituto de Virtud Marcial), asociación a la que pertenezco.

En aquel tiempo Yuri ya no entrenaba en el Dojang de nuestro querido Profesor Motte, ya que por cuestiones académicas se tuvo que mover de ciudad, por lo que comenzó a entrenar en Moo Duk Kwan Central, Dojang cuna del Tae Kwon Do en México. Para cuando estaba ahí, yo ya había podido reincorporar a mi vida actividades físicas, como correr y algunas clases de sala en gimnasios. Yuri me motivaba a retomar el Tae Kwon Do, muchas veces me lo mencionó, sin embargo, no podía darle el tiempo en aquel entonces, en donde yo era Directora de Operaciones del Área de Tecnología de Ingenia y aunado a ello estaba estudiando mi maestría en el IPADE, por lo que dejé que pasará un poco más de tiempo antes de retomarlo.

Finalmente, llegó el tan anhelado día de regresar a los Dojangs, en el 2015, 16 años después, comencé a retomar, recordar, re-entrenar y a activar mi memoria muscular. Para ello debía entrenar 3 horas al día lunes, martes y viernes, y los sábados salir a correr 10 Kms para luego hacer 2 horas de combate. No digo que buscaba recuperar mi condición física, por que con el ejercicio que hacía y los kilómetros que corría semanalmente tenía una gran condición, sin embargo, si fue re-aprender, formas (Poomsaes), adoptar nuevas técnicas que surgieron durante este tiempo de ausencia, para presentar mi primer examen para revalidar mi grado al que había llegado anteriormente.

El examen llegó y todo salió viento en popa, logré mi grado, y ahora continué entrenando, con mucha más intensidad, de la mano de mi hermana y de mi profesor Vicente para aquel entonces, finalmente llegó el momento de presentar mi examen para cinta roja, lo que ya de por sí era una alegría única (ésta cinta es la antecesora a la tan anhelada cinta negra), examen que también se logró con mucho éxito y sudor. Una vez que este examen pasó, comenzó en mí una decadencia en rendimiento, que no me explicaba, ya que soy una persona completamente disciplinada, que forja grandes hábitos y en todo mi entorno no había existido algún cambio visible que me diera alertas de que algo andaba mal. Sin embargo, pese a ello, mi cansancio iba en aumento, me costaba mucho trabajo seguir la rutina diaria y comencé a preocuparme sobre si algo estuviera fallando en mi salud.

Para mi grata sorpresa, si había un cambio que no era cualquier cambio, lo que me pasaba es que estaba creciendo dentro de mí mi amado hijo Román, ¡estaba embarazada! y no lo sabía. Así que por obvias razones tuve que dejar pausado mi tan anhelado sueño de convertirme en Cinta Negra. Sin embargo, la emoción de ser mamá fue algo que me envolvió totalmente y pese a que tuve el embarazo más complicado que conozco, mi hijo nació sano y salvo. Fue un bebé prematuro que me demandó muchísimo más tiempo que cualquier bebé normal, pero con todo el amor, cuidados y la bendición de Dios, salió adelante de cada reto que se le presentó.

Pasaron los años en lo que no había nada más importante para mí que estar junto a mi hijo, mi tiempo estaba dividido solo en dos partes. Mi familia y mi trabajo. Y dentro del tiempo de mi familia, la gran mayoría del tiempo iba para mi hijo que requirió muchos especialistas durante los primeros dos años de vida, todo afortunadamente con carácter preventivo, pero imprescindible.

Comenzó la pandemia y surgió entre muchas cosas un factor tiempo, que ya no se perdía en traslados, y mi hermana junto con Jes crearon Blue Mat Academy, Dojang en el que entreno y del que actualmente soy también socia inversionista.

Yuri no dejó de insistirme y motivarme a regresar (para este entonces, ella ya había logrado convertirse en Cinta Negra, 4to. DAN), así que con el factor tiempo de mi lado y la estabilidad de mi hijo, me decidí y regresé a mi amado Tae Kwon Do, ahora de la mano de mi hermana y también como mi gran Profesora.

Comencé a entrenar en línea, nuevamente para retomar casi 5 años después, recordar nuevamente las formas, patadas, golpes y técnicas con la gran ayuda de Jes y Yuri.

Hice mi primer examen en línea para ser Cinta Roja IEBY DAN KUP y lo disfruté como el primero que había hecho cuando era cinta blanca. Continuamos entrenando hice mi segundo examen en línea para ser Cinta Roja IEBY DAN KUP - Primer Parcial (de cuatro) y me pasó algo que nunca me había pasado antes en un examen de Tae, los nervios me rebasaron y olvidé una de las formas. Sin embargo, aunque aprobé el examen, fue una señal para entrenar todavía más, así que me puse manos a la obra. A partir de ahí, regresé al Dojang físicamente y el avance fue todavía mayor, aún estaban por delante 3 parciales más previos al examen de Cinta Negra, cada uno tuvo retos de distintas índoles, sin embargo, todo era igual o más emocionante, la técnica de enseñanza de mi hermana estaba totalmente potenciada, es un Dojang en el que se respira la excelencia y cuando estamos dentro ella no es mi hermana es mi gran Sabomnim. Lo que además representaba una doble responsabilidad.

En mi 3er. Parcial con el Profesor Gerardo Acosta.

Berenguela Sánchez 4to. parcial para cinta negra

En mi 4to. Parcial con el Profesor Rogelio Ávila.

Los entrenamientos fueron más que duros, pero necesarios, en realidad no hay palabras para expresar la intensidad de los últimos meses, ya que físicamente había un desgaste muy fuerte, y también intelectual, ya que cada uno de los aspirantes que íbamos al examen debíamos también desarrollar una tesis como mencioné anteriormente, estudiar para el examen teórico que también debíamos presentar, practicar Bong sool (uso del yang bo, que es el bastón/palo largo), practicar formas (Poomsaes), así como continuar con cada una de las actividades que también tenemos cada uno, en mi caso, ser mamá, esposa, CEO, continuar con dos programas de coaching, un club del libro, leer dos libros por mes cuando menos, un programa de biohacking, ser hija, hermana y dedicar tiempo para visualización a través de la meditación entre las principales. Las únicas horas disponibles para desarrollar mi tesis fueron las madrugadas de los últimos meses.

Visité a mi ortopedista por lo menos cada semana y me saqué tantas placas (RX) como si fueran selfies, tuve un esguince en uno de mis dedos del pie, tuve lesión en mis empeines por dos patadas mal dadas y finalmente tuve un esguince de primer grado en mi pie izquierdo con el que presenté mi examen.

RX

Una de las tantas radiografías.

Esguince y sindactilia

Esguince + Sindactilia a 10 días de mi examen.

Aún con ello, y con la gran ayuda de muchísimas más personas, hoy puedo decir que no solo se logró, sino que además se logró de la mejor forma posible, tuve la fortuna de convertirme en mi tan anhelada CINTA NEGRA, de la mano de mi gran Sabomnim y amada hermana Yuri, a quien admiro en todos aspectos y quién lleva también la excelencia a cada parte de su vida.

Profesora Yuriana Pazarán, GM Dai Won Moon y Berenguela Sánchez

De izquierda a derecha: Profesora Yuri Pazarán, GM Dai Won Moon y yo.

Hoy mi cinta negra llegó un 6 de noviembre, 3 días antes de que mi hijo amado cumpliera 5 años, recibirla con él, con mi marido y mi familia de la mano de mi hermana, fue la mejor forma de hacerlo y el momento perfecto para mí.

Con mi amada familia en mi examen de Cinta Negra

Con mi amada familia en mi examen de Cinta Negra.

Jes, Axel y Soraya, quienes hoy son grandes amigos y fueron compañeros en todo este hermoso camino, también fueron reconocidos por su excelencia, que sin duda lo son, en mi caso, recibí una mención honorífica por mi tesis: “El Tae Kwon Do y la Alta Dirección de Empresa” de manos del GM Dai Won Moon. Todos fuimos reconocidos y sin duda alguna nuestra gran Sabomnim por consecuencia, quien es una líder en toda la extensión de la palabra, ya que no solo sabe ser extraordinaria, sino que enseña como serlo a todos los que tenemos la gran fortuna de ser sus alumnos.

De izquierda a derecha: Profesora Yuri Pazarán, GM Dai Won Moon, Soraya, Axel, Jes y yo.

De izquierda a derecha: Profesora Yuri Pazarán, GM Dai Won Moon, Soraya, Axel, Jes y yo.

Reconocimiento a mi tesis: “El Tae Kwon do y la Alta Dirección de Empresa“.

Reconocimiento a mi tesis: “El Tae Kwon Do y la Alta Dirección de Empresa“.

Este ha sido un momento que nunca olvidaré y que me demuestra una vez más que todos somos capaces de alcanzar cada cosa que soñamos, aunque parezca más largo o complicado el camino, la perseverancia asegura el despertar de ese espíritu indomable que poseemos todos los que practicamos Tae Kwon Do.

GM Dai Won Moon escribiendo mi nombre en coreano en mi dobok

GM Dai Won Moon escribiendo mi nombre en coreano en mi dobok.

El equipo estrella de Blue Mat Academy.

El equipo estrella de Blue Mat Academy.

Soñemos alto y convirtamos en realidad cada sueño.

Con mi amada hermana y Sabomnim Yuri.

Con mi amada hermana y Sabomnim Yuri.

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