Love & Transform, Leadership Berenguela Sánchez Love & Transform, Leadership Berenguela Sánchez

¿Cómo le haces?

Es una pregunta interesante, y más aún la recurrencia con la que me la hacen. Lo que me hizo pensar en ello de manera más profunda y la respuesta me parece tan trascedente que quiero compartirla con ustedes.

Esta pregunta la escucho una y otra vez. No hace mucho saludaba a un amigo muy querido que justo me decía: ¿cómo le haces para hacer todo lo que haces?

Es una pregunta interesante, y más aún la recurrencia con la que me la hacen. Lo que me hizo pensar en ello de manera más profunda y la respuesta me parece tan trascedente que quiero compartirla con ustedes.

Para darles contexto a aquellos que no me conocen tan a detalle, soy una mujer que cada día busco superar a mi yo del ayer, he aprendido a través del tiempo que cada éxito y fracaso me permiten hacerlo y que los distintos ámbitos en los que nos desarrollamos, de más de una forma están conectados entre sí; para hacernos mejores seres humanos, si así lo encausamos.

Me enfoco de manera importante en trabajar mi mente, espíritu y cuerpo cada día, busco estar bien de manera integral, para poder compartir ese bienestar con los que más amo y con el mundo.

Disfruto transcender transformando los entornos en los que me desarrollo a través del amor.

Y algo que también soy, es que soy decidida. Tomo decisiones, y cuando no las tomo asumo que el no hacerlo también es una decisión.

Con esto quiero resaltar, que cada cosa que hago y decido incorporar en mi día a día, es una decisión y no casualidad. Me conozco y sé lo que me llena, lo que me apasiona y alimenta el corazón, y al tener esta claridad gestiono mi tiempo en función de ello. Conozco mis fortalezas y mis debilidades y me exijo crecer sobre ambas.

Tengo claro que el tiempo es finito y busco santificar cada día. Creo fielmente que todos estamos en este mundo con un propósito particular, por lo que todos somos especiales de una forma única y especial.

Mis decisiones están alineadas a mis principios, lo que me permite tener congruencia entre mis pensamientos y acciones, lo que me regala una paz única que mantiene a mi espíritu enriquecido.

Soy una mente abierta al conocimiento y a la mejora de manera continua.

Soy paciente y enfocada y sé que los grandes cambios no suceden de la noche a la mañana y la constancia y la disciplina son las que mueven montañas.

Brindo, pido y acepto ayuda, sobre este punto les recomiendo mucho leer este post: Pedir ayuda.

Sueño y sueño alto, no tengo límites y creo en mí.

Comparto con el mundo lo mejor de mí.

Y lo más importante, cometo errores, muchos, me observo y busco aprender de ellos, ya que no hay mejora sin objetividad. Si me caigo, me sacudo y me levanto más fuerte. Y como tanto me gusta decir: “si quieres la mejora de cualquier contexto, comienza por mejorar tu".

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¡No tengo tiempo!

¿Qué hacer cuando no tenemos tiempo para hacer lo que queremos?

Me encanta comparar ese cuestionamiento con la frase común, ¿qué fue primero el huevo o la gallina?, es decir, ¿primero encontramos el tiempo o primero definimos prioridades?.

¿Qué hacer cuando no tenemos tiempo para hacer lo que queremos?

Me encanta comparar este cuestionamiento con la frase común, ¿qué fue primero el huevo o la gallina?, es decir, ¿primero encontramos el tiempo o primero definimos prioridades?

Hace poco tenía una junta con mi equipo, en donde tratábamos de identificar la forma de dar mayor valor en una cuenta en particular, dentro de esa sesión identificamos que había una parte muy importante del proceso que no se estaba llevando a cabo y que estaba impactando de manera directa el resultado final.

Al tratar de identificar el origen de ello, me topé con una respuesta interesante: “no hemos encontrado tiempo para ello”.

Esta perspectiva me parece muy relevante y de hecho más común de lo que creemos. Constantemente en pláticas profesionales o personales vemos como mucha gente no ha podido hacer esto o aquello por falta de tiempo, lo más irónico de ello es que la mayoría de las veces, la gente está genuinamente convencida que realmente es la falta de tiempo la razón que les impide hacer lo que desean.

Y es importante aclararlo, dado que todos tenemos 365 días en un año, con la misma cantidad de horas y minutos cada uno, sin embargo, la utilización del tiempo varía de persona a persona, y es común que son precisamente las personas más ocupadas las que más encuentran tiempo para hacer lo que quieren en su vida.

Es decir, ese tipo de personas son aquellas que deciden cada paso y que se responsabilizan de las decisiones que toman cada día.

La razón por la que no encontramos tiempo para algo, es en realidad que no le hemos dado la prioridad respectiva, lo que permite que otras acciones se antepongan a ello, sobre todo cuando se intentan hacer cosas por periodos prolongados de tiempo sin éxito, o sin avanzar tan solo un poco en el camino hacia esa meta.

No tengo tiempo

Foto: Icons8 Team

En el caso del ejemplo que menciono, el no realizar esa parte del proceso se derivó en re-trabajo para todos, sin embargo, nos dejó una gran lección que hará que pongamos mayor énfasis en no volver a omitirla o en su momento sustituirla por algo todavía mejor. Sin embargo, en cada una de nuestras vidas debemos acompañar nuestros deseos con acciones, si algo nos parece relevante, y deseamos realizarlo debemos asignarle la prioridad y como consecuencia designaremos el tiempo para ello, no importa si es una meta personal, profesional, familiar o de cualquier otro tipo, lo primero es reconocer su importancia, y después determinar los pasos, momentos y horarios que le asignaremos para llevarla acabo; o en su defecto reconocer que no tiene la suficiente prioridad para nosotros y avanzar, sin lamentarnos por algo que está absolutamente en nuestra manos.

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Pedir ayuda

Sí, ¡pedir ayuda!

Tan simple y tan complejo.

Creo fielmente que pedir ayuda es algo que debería ser cada día más natural a cualquier edad y en cualquier contexto.

Sí, ¡pedir ayuda!

Tan simple y tan complejo.

Creo fielmente que pedir ayuda es algo que debería ser cada día más natural a cualquier edad y en cualquier contexto. Desde niños sobrevivimos gracias a la ayuda de quienes nos crían, en la mayor parte de los casos nuestros padres. Todo ello, se ve totalmente natural, sin embargo, conforme vamos creciendo, pedir ayuda se torna como una señal de debilidad o desconocimiento, en lugar de continuar siendo ese soporte para enriquecer y mejorar al individuo o las situaciones.

Me he topado con muchos casos en donde situaciones fácilmente solucionables de manera temprana se complican exponencialmente por no saber pedir ayuda a tiempo.

Yo era una de esas personas, a las que pedir ayuda les resultaba muy complicado, en mi caso por no molestar a los demás, sin embargo, el tiempo me ha enseñado que no importa la capacidad de una persona, la ayuda siempre es extraordinaria. La diversidad de perspectivas y conocimiento pueden potenciar situaciones, compañías e individuos de forma trascendental.

Hace años comencé a trabajar con mi coach de presencia ejecutiva con quien hasta ahora continuo haciéndolo y quien me ha ayudado y enseñado de manera extraordinaria a través del tiempo a descubrir cosas de un valor único e indiscutible. Al inicio de esta pandemia por una situación de salud comencé a trabajar con mi actual health coach, quien me ha ilustrado en grandes y diversos aspectos que me han ayudado a cambiar radicalmente hábitos importantísimos que contribuyen de manera directa a mi bienestar y ambas en su conjunto me han hecho que a partir de la aplicación de sus consejos y conocimiento avance cada día en convertirme en mi mejor versión tanto en lo personal como en lo profesional.

Actualmente acabo de iniciar otro programa de coaching en el que a través de compartirnos experiencias de distintos sectores e industrias nos ayudamos los unos a los otros con los retos que cada quien enfrentamos.

Particularmente en la agencia promuevo que el equipo sepa pedir ayuda a tiempo y refuerzo que pedir ayuda no te hace menos capaz, menos inteligente o menos profesional, por el contrario te hace humano, y permite que en conjunto identifiquemos una gran solución de manera óptima y oportuna, en lugar de estar estancados en un bache innecesariamente, por que es natural saber y aceptar que no todos los días vamos a estar al 100% por diversas razones. Pedir ayuda, como preguntar siempre será mejor que quedarnos con la duda o estancados.

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Es importante mencionar que debemos elegir muy bien con quienes nos acercamos para hacerlo, idealmente profesionales en cada ramo, ya que la ayuda debe representar un impulso hacia la mejora, no una complicidad hacia el estancamiento. Sin embargo, incluso si en alguna selección erramos, estará bien, ya que es ese mismo paso el que nos impulsará a buscar en otros horizontes.

Por si fuera poco, el beneficio de la ayuda es bidireccional, tanto para quien la recibe como para quien la da. Ya que en este segundo enfoque una de las mejores formas de tener un aprendizaje continuo, es precisamente enseñar lo que sabemos.

Por lo que será importante normalizar el pedir ayuda para ayudarnos, sin miedo, y sobre todo a aplicarla, para luego nosotros ayudar y así a la n potencia.

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El error como fuente de conocimiento

"El error es humano", y el errar destaca nuestra naturaleza humana, ya que precisamente el error es una de las formas más antiguas y poderosas de cómo el individuo aprende y evoluciona, necesitamos el error, como necesitamos el día y la noche para crecer.

Hace unos días me entrevistaron dos grandes mujeres, a las cuales admiro grandemente. Dentro de la entrevista hubo una pregunta muy particular entorno al error más grande que había tenido a lo largo de mi trayectoria profesional.

Esta pregunta en mi caso es muy trascedente. Crecí creyendo que cuando una persona decide hacer algo, debe hacerlo de forma extraordinaria y cada día mucho mejor, prácticamente sin margen de error. Y esto funcionaba perfecto mientras solo respondía por las acciones que yo realizaba de manera directa.

Recuerdo que en la universidad, en una plática que tuve con la psicóloga de la escuela, le comentaba que me costaba mucho trabajo entender a las personas que aunque solo estudiaban no sacaban 10 en todas sus materias. Ella me preguntaba, ¿por qué para ti es tan importante tener 10 en todas las materias?, mi respuesta fue: "por que yo estoy ocupando un espacio que alguien más desea y mi responsabilidad era sacarle el mayor beneficio, honrando a quien no lo tiene". Luego de intercambiar puntos de vista me dijo algo que a la fecha recuerdo como si hubiese sido ayer: “Bere, debes aprender que tus capacidades y las de los demás son diferentes, de lo contrario puedes sufrir mucho”. En aquel momento no entendí lo profundo de sus palabras.

Al paso del tiempo, conforme comencé a dirigir equipos, le fui tomando sentido a esas sabias palabras, por qué ahora los resultados extraordinarios a los que estaba acostumbrada no dependían únicamente de mis acciones, de mi pasión, de mi compromiso o de mi disciplina.

Recuerdo que mientras observaba el actuar del equipo que dirigía, buscaba entender sus motivadores, buscaba escucharlos ampliamente para poder brindarles eso que necesitaban para sentirse apasionados por sus acciones y que derivado de ello buscaran que sus resultados fueran extraordinarios. Y justo fue durante ese tiempo, que me sucedió un par de experiencias clave que cambiaran radicalmente mi percepción del error.

Fue en una sesión magna en el IPADE Business School, en clase de factor humano, en donde el profesor nos comentó que debíamos entender que nuestras capacidades y las de los demás eran diferentes y que debíamos entenderlo, aceptarlo y trabajar con ello. Logrando que cada uno de los integrantes del equipo que dirigiéramos, en su escala diera su máximo, aunque este máximo fuese distinto al nuestro, en algunos casos mayor y en otros igual o menor.

Por otro lado, también en el IPADE luego de una gran plática que tuve con quien fuera mi mentora, la profesora Maricarmen Bernal, me comentaba que tenía que ser menos exigente conmigo misma y con los demás, me comentó una frase que desde entonces siempre recuerdo, me dijo: “Bere, si una vez te equivocas, no pasa nada”, recuerda: “¡no pasa nada!, aduéñate de esa frase Bere”.

Luego esas experiencias me vinieron a la mente las palabras de aquella psicóloga en mi universidad, más otros tantos eventos relacionados con mi equipo, lo que me hizo entender que efectivamente todas las personas somos diferentes, todos tenemos fortalezas y todos debilidades, y para que un equipo dé lo mejor de sí debemos potenciar las fortalezas de forma integral y particular y equilibrar las debilidades del grupo para que éstas no sean las que destaquen.

La última experiencia trascendental hasta ahora que me hizo enriquecer aún más la perspectiva sobre el error, fue platicando con mi esposo. Aquella vez hubo un error grave en la agencia, y ante mí perspectiva totalmente prevenible. En ese momento me costó mucho trabajo entender aquella omisión por lo que decidí primero enfocarme junto con mi gran equipo a definir e implementar la solución para luego tratar de entender la causa detrás y definir siguientes pasos. Mientras me encontraba en este proceso, le pregunté a mi esposo su opinión, ya que es una de las personas que más admiro intelectualmente; luego de escucharme atentamente, él me respondió: “es claro que no lo hizo con intención, y por irónico que sea el cómo sucedió, y más allá de la gravedad e impacto que tuvo, es un error humano, es decir, el error es humano”.

Luego de escucharlo, mi perspectiva sobre este tema se enriqueció aún más, ya que efectivamente, "el error es humano", y el errar destaca nuestra naturaleza humana, ya que precisamente el error es una de las formas más antiguas y poderosas de cómo el individuo aprende y evoluciona, necesitamos el error, como necesitamos el día y la noche para crecer. Como el Ave Fenix, que perece en sus cenizas para resurgir más fuerte. Por lo que considero que somos principalmente los líderes quienes debemos impulsar que es preferible errar a no intentar por miedo al fallo. Hay que arriesgar, prevenir lo más que se pueda sí, sin embargo, hay que arriesgar ante propuestas nuevas, de innovación, sobre todo para dar pasos que no hayan sido dados por alguien más aún.

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Al error hay que darle un trato especial, de respeto, análisis, seguimiento y comprensión. En mi caso, hoy el error tiene un significado totalmente distinto, cuando hay alguno por mi parte o del equipo, busco entender la razón detrás de éste y también me gusta saber quien lo cometió, esto último no para señalar, sino para entender y apoyar, entender las razones, para poder determinar en conjunto las causas que lo ocasionan y con ello establecer protocolos integrales que además de prevenirlo nos permitan como equipo aprender de él.

Como me dijo alguna vez un gran amigo: "Querida Bere, hay aves que cruzan el pantano y no se manchan”.

Te invito a ver y escuchar mi entrevista aquí.

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El Amor y la Dirección de Empresa

El amor y los negocios, lo importante de ello, es entender que lo que conforma a una empresa, no son las oficinas, el software o los casos de éxito. El verdadero corazón de una empresa son todos los individuos que la conforman.

A través de los años he descubierto que no hay mejor satisfacción para un líder, que la de ver la forma en la que cada uno de esos seres maravillosos descubren y abrazan su propia grandeza.

Algo que descubrí desde niña, es el poder tan grande que tengo para amar.

Desde entonces el poder del amor ha estado presente en todos los aspectos de mi vida. Recuerdo que de niña observaba la forma en la que los adultos de mi familia se saludaban o abrazaban, sin estar realmente presentes en el momento, mi percepción era que lo hacían más a modo de protocolo o costumbre, en lugar de una muestra de amor genuina, como si estuviesen seguros que podrían volverse a ver cuando así lo desearán, a perpetuidad, y más importante, estereotipando la muestra de amor como un signo de debilidad y como una práctica exclusiva en la femineidad.

Crecí cuestionando eso, cuando abrazaba a mi familia lo hacía de tal forma en la que realmente sintieran el amor que me inspiraban. Seguí creciendo convencida que el amor es para sentirse y expresarse en todas las maneras posibles. Desde un “Te amo” a tu pareja, hasta una toma de decisión que busque el bien genuino de la mayor cantidad de seres posibles.

Y es aquí donde este amor y filosofía de vida, se cruzan con la Dirección de Empresa. Cuando estudié en el IPADE un gran profesor nos preguntó, “¿Saben por qué les pagan a ustedes?, es decir, ¿saben por qué le pagan a un Director?, la respuesta es simple: ¡Para tomar decisiones!.

Y es algo, que efectivamente sucede, esa capacidad se desarrolla cada día, para una toma de decisión, informada, asertiva y con gran perspectiva de mejora continua hacia la empresa. Mejorar indicadores, como la eficiencia, productividad, crecimiento, ventas, utilidad, innovación, desarrollar barreras de entrada para competidores y formar un gran equipo, entre las más importantes.

En este último punto para mí, sin duda alguna es el más importante y es donde invierto la mayor parte de mi tiempo, análisis y toma de decisión. Y mas allá de ser una perspectiva romántica o muestra de debilidad, es una estrategia inspirada en el amor, amor que nos hace más humanos, y que de manera paralela en los negocios es de largo plazo, que por mucho logra hacer más eficiente a cualquier empresa y crecer los indicadores de manera muy positiva y sostenible.

El amor y los negocios, lo importante de ello, es entender que lo que conforma a una empresa, no son las oficinas, el software o los casos de éxito. El verdadero corazón de una empresa son todos los individuos que la conforman, esos seres extraordinarios que tienen deseos, ilusiones, anhelos, sentimientos, aspiraciones, aciertos y errores. Si errores, en esta parte estamos todos, directores y no directores, el error es una parte inherente del ser humano y bendito sea, por que errar nos permite avanzar y mejorar, sin embargo, en otro artículo escribiré sobre ello. Por ahora y para no desviarnos, el enfoque hacia esos seres humanos, es lo mejor que podemos y debemos hacer como directivos.

Foto: Tim Marshall.

Foto: Tim Marshall.

La dirección también significa dirigir esfuerzos de forma ética, esos esfuerzos son acciones de individuos que pueden representar una gran parte de su vida, es por eso que debemos darle el valor que tiene. Debemos como directivos definir una perspectiva que enriquezca no solo a la empresa o a los clientes, éstas serán consecuencias positivas extraordinarias sin duda alguna, sin embargo, lo más importante es enriquecer la vida de cada uno de los integrantes del equipo.

Debemos estar cerca de todos, escucharlos y sobre todo conocerlos. Conocer sus anhelos, descubrir sus fortalezas y debilidades y ayudarlos a crecer cada día, a que despierte en ellos su pasión para alcanzar sus propios sueños y definir una visión de empresa tan inspiracional y ambiciosa que los enriquezca en todas perspectivas, tanto si permanecen en ella, como que los impulse a la distancia si deciden no hacerlo. Deben y debemos saber claramente que cada uno vale por lo que son, no por lo que hacen.

Hoy llevo más de 12 años dirigiendo equipos multidisciplinarios y a lo largo de este tiempo me he convencido que para ver crecer a las empresas, debemos enfocarnos en crecer el corazón de la mismas. También he descubierto que no hay mejor satisfacción para un líder, que la de ver la forma en la que cada uno de esos seres maravillosos descubren y abrazan su propia grandeza.

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Love & Transform

Les quiero contar la historia de una niña que jugaba a observar.

Imaginen una niña de primaria observadora, tímida y solitaria, con un nombre bastante raro, que cada día viajaba del rancho de su abuelo a la ciudad, para ir a la escuela y llegaba con los zapatos y calcetas llenos de lodo, a una escuela elitista.

Les quiero contar la historia de una niña que jugaba a observar. 

Imaginen una niña de primaria observadora, tímida y solitaria, con un nombre bastante raro, que cada día viajaba del rancho de su abuelo a la ciudad, para ir a la escuela y llegaba con los zapatos y calcetas llenos de lodo, a una escuela elitista.  

¿Imaginan lo que pasaba con esta niña? 

Sí, en efecto, sufría de bullying e incluso en ocasiones de agresiones físicas menores por parte de sus compañeros.   

Esta niña, además de ser muy observadora nació con una sensibilidad muy grande, desde niña tuvo la capacidad de percibir los sentimientos de las personas a su alrededor, desde entonces se supo consciente de ello.

Creció, aceptando las agresiones, pensando que eran normales e incluso llegó a pensar que eran merecidas. Todas esa agresiones no las compartió con nadie, con tal de no angustiar a su mamá, que ya de por sí hacía mucho por sostener a la familia. Mientras su papá se encontraba haciendo especialidades interminables para convertirse en una eminencia médica que hoy le ha permitido salvar y mejorar miles de vidas.  

Los únicos momentos de alegría y sin angustia de esa niña, eran los fines de semana, cuando pasaba su tío Beto por ella, sus hermanas y su mamá para visitar a sus abuelos en ese rancho mágico lleno de amor que tanta seguridad le daba y en donde lo único seguro ahí era, que no iban a haber agresiones, sino el más puro amor, que solo unos abuelos saben dar. 

Esta niña siguió creciendo y a partir de su adolescencia se transformó en una joven muy atractiva, pasó de ser una niña rechazada a ser una joven con las que todos querían convivir, o como regularmente se estereotipa una chica popular.  

¿Se imaginan qué pasó a partir de este momento?

Si pensaron que se vengó, no, no lo hizo, por el contrario, siempre mantuvo presente todo el dolor y vacío que le provocó cada día de su infancia y se convirtió en una adolescente incluyente que utilizaba su voz a partir de su popularidad para proteger a aquellos que pudieren ser relegados por la causa que fuere.  

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El tiempo pasó y comenzó a estudiar la universidad, en otra ciudad, en esa universidad cuando llevaban 3 de 4 años de la carrera hechos sufrió de acoso sexual por parte de un profesor. 

Antes de ingresar a la universidad, todavía en la casa de sus padres, su mamá siempre le decía que tuviera cuidado con los profesores, ya que a algunos les gustaba pasarse de listos con las chicas bonitas, ella siempre la escuchó, sin embargo, se sentía muy segura que poder manejar una situación de ese tipo, ya que para ese tiempo, esa niña tímida ya había adoptado una gran seguridad. Entre otras cosas al adoptar la práctica del Tae Kwon Do, un arte marcial que te preparó física, emocional y espiritualmente para enfrentar la gran diversidad de situaciones que le pudiera deparar la vida y más siendo mujer.  

No obstante, cuando estuvo al frente de ese momento (que actualmente recuerda cómo si hubiese pasado ayer), se quedó paralizada, sin entender a ciencia cierta lo que estaba pasando y si lo que le estaba viviendo en ese momento era real o no. Después de unos segundos que ella sintió como horas, reaccionó y salió llorando del salón diciéndole al profesor "que estaba muy mal lo que le estaba pidiendo”. Aunque no tenía claro qué hacer, decir o cómo reaccionar, siempre supo que ella era lo más importante y tenía que proteger su integridad. 

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Una amiga la convenció de denunciarlo en la universidad, luego del shock decidió hacerlo, la mandaron llamar a una sala, en donde se encontraban la psicóloga, el director de carrera y el rector de la universidad; de los cuales su respuesta fue “estás segura de lo que estás diciendo, por que esto puede afectar gravemente al profesor y éste tiene familia, tienes que considerarlo”.  

Ella se sentía culpable, ya que ella le había pedido al profesor que la ayudará ya que aunque llevaba 10 de calificación en su clase, había llegado 3 minutos tarde ese día por lo que había juntado los 3 retardos que hacía que tuviera que re-cursar la materia. Tiempo más tarde entendió que nada tenía que ver con ella. 

Cuando ella vió que para el siguiente semestre (7mo.) el profesor continuaba apareciendo en la plantilla de profesores decidió cambiarse de universidad, por que aún con la seguridad, con el conocimiento de un arte de defensa personal, sentía un miedo enorme al caminar por los pasillos de esa universidad. 

Irónicamente la popularidad que le había permitido socializar en algún momento, era la que ahora la ponía en una situación tan vulnerable.

Luego de un tiempo retomó su carrera en otra universidad.

Antes de terminar la carrera comenzó a trabajar como freelance, la mayor parte de la veces con promesas de pago incumplidas. Tiempo después ingresó a una agencia de publicidad tradicional, en donde la recomendó un familiar, quien era cliente de esa agencia, lo que a la mayoría de los compañeros no les pareció muy agradable, finalmente la dueña de la agencia, luego de 6 meses de jornadas laborales interminables la mandó llamar y le dijo "llevas aquí 6 meses y no veo el talento", ya no es necesario que regreses mañana. Si fuera tu empresa me entenderías.” En esta agencia, desde el inicio fue estereotipada como “la recomendada, sobrina del cliente” Independientemente del esfuerzo que hizo, esa etiqueta no se la pudo quitar durante todo ese tiempo.  

Cuando terminó la carrera, comenzó a buscar trabajo y fue a un lugar en donde llevaban el portal de TOYOTA, en aquel entonces hecho en flash, esta es una ironía ya que actualmente es su cliente por los últimos 7 años. En aquella empresa quién la entrevistó le comentó “¿Si entiendes la importancia que es tener a un cliente como éste?, no estoy dispuesto a arriesgarme contigo”. 

Entre las rondas de entrevistas fue a una empresa donde el dueño era japonés, todos eran hombres ahí y la hicieron esperar más de 40 minutos antes de que llegara el dueño para entrevistarla. Cuando finalmente llegó, la miró de arriba a abajo y sin dar escusa por el exceso de retardo, se sentó en su oficina y le dijo, a ver ¿qué tienes?, con una actitud por demás déspota y finalmente le dijo: "te avisaremos por que aquí solo entra el mejor talento, esta es una empresa que tiene grandes clientes". Ella salió furiosa por la falta de respeto a su tiempo y persona, así como por el maltrato que había recibido.  

En ese entonces ella vivía en un cuarto del que era responsable de la renta y de la comida de ella y de su hermana menor que acababa de entrar a la universidad.

Al día siguiente, recibió una llamada de esa empresa, en donde el dueño japonés le decía que quería que fuera parte de su equipo y que empezara desde ya, que se iban a sentir muy honrados de que aceptara el puesto. Mas allá de la necesidad económica, ella sabía, que no era lo correcto, el mensaje del trato esperado había sido claro, por lo que puso por delante su dignidad y respeto hacia ella misma y rechazó la oferta.  

En una siguiente entrevista fue a Ingenia, en donde al platicar su experiencia en agencias tradicionales le comentaron que lo que buscaban era una diseñadora digital. Afortunadamente ella había creado un book en Flickr en donde se mostraban ilustraciones digitales que también había hecho, en cuanto el Director de Operaciones lo vio, le dijo, ¿tu hiciste esto? y ella respondió sí, a lo que el que después fuera su gran amigo Ferrán le dijo: "ok, te buscaremos”. 

Al día siguiente le hablaron para decirle que tenía el trabajo y que querían que empezara ese mismo día. Ella aceptó finalmente esa propuesta que en todos los aspectos era mas convincente sobre el resto que hasta ese momento había valorado.  

En 2008, ingresó como Diseñadora Web, a los 9 meses fue promovida al rol de Project Manager de proyectos de Tecnología, luego de 4 años, fue promovida a la Dirección de Operaciones del área de Tecnología, así esa niña se transformó así en una mujer líder en el sector tecnológico. 3 años después de dirigir el área de Tecnología, fue promovida a la Dirección General de Operaciones de toda la compañía, incorporándose a su responsabilidad la dirección del área de Marketing. Luego de 3 años al frente de la Dirección de Operaciones Integral transformó a la agencia en la Mejor Agencia Digital los últimos 2 años, reconocimiento otorgado por Merca 2.0, ícono de la industria. 

Para esta etapa, con 36 años, esa niña, hoy mujer ha entendido que el éxito y el fracaso van de la mano, son como el día y la noche, necesitas uno y otro para seguir creciendo. 

Y el amor, que ha sido su única constante, es lo que le ha permitido transformar su entorno y seguir adelante en cada adversidad. El amor propio, el amor a los otros, el amor a sus sueños y anhelos.  

Love.

Love.

El amor que vio cada día en el esfuerzo de su Madre por darles la mejor educación, ejemplo y valores. El amor de su Padre que viajaba cada día en la carretera 4 horas para ir a trabajar y regresar en la madrugada para ver a sus hijas ya dormidas y poder darles un beso de buenas noches. El amor de sus hermanas para las buenas y malas, para inspirar, aprender, confiar y sumar. El amor incondicional de sus abuelos. El amor de sus tí@s y prim@s para extender la fortaleza de las familias. El amor de su esposo para amar cuando no hay tiempo y buscar tiempo para amar y motivar a transformar. El amor de sus hijos para amarlos con tal intensidad que se busca con fervor transformar este mundo, para que sea uno mejor para ellos

Amemos lo que hacemos y si no lo amamos hagamos otra cosa, debemos soñar y realizar, y luego nuevamente soñar más grande, y así cada día. 

Transform.

Transform.

Y de los amores, el amor propio, es el más importante, todos tenemos la responsabilidad de amar y proteger a nuestra niña interior, esa que nos acompaña desde que nacimos, aquella que se limpiaba sus zapatitos antes de entrar a la escuela y que nos acompañará hasta nuestro último día.  

Si nos amamos lo suficiente, tenemos la capacidad de escucharnos y si nos escuchamos nos podemos comunicar con nuestro yo interno, con nuestro espíritu, lo que nos permitirá descubrir nuestro propósito de vida, entender por qué y para qué estamos aquí hoy, y así descubrir si vamos en la dirección que nos acerca o aleja de nuestros sueños, sean dónde y cómo sean, para así vivir y compartir nuestra propia grandeza con este mundo. 

Y si alguien algún día alguien te dice: "no puedes” o “no tienes el talento", recuerda a esa niña que ha estado contigo desde que naciste, tu niña, recuerda que hoy esa niña tiene una mujer que debe  amarla y protegerla por sobre todas las cosas; en ese instante respira profundo, voltea al cielo, recuerda la inmensidad del universo, recuerda tu grandeza  y responde: “Mírame hacerlo”. 

Y así es como aquella niña que odiaba su nombre por tanto bullying que sufrió, hoy no solo lo ama, sino que cada día busca rendirle honor a su significado:

Berenguela - "Lista para cualquier batalla”.

Love & Transform.

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Te invito a ver y escuchar mi plática en Blue Mat Academy.

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